La directora general de Acción Exterior, Rosa Balas, ha destacado este viernes el papel que tiene la ciudadanía en el proceso de construcción europea. Lo ha hecho en una intervención en el marco de una mesa redonda sobre el futuro político de la Unión Europea del curso “Ciudadanía europea, identidades y valores”, organizado por la Fundación Academia Europea e Iberoamericana de Yuste.
Balas ha hablado de los valores del respeto, la tolerancia y la inclusión como palabras claves que marcan la hoja de ruta del trabajo de la fundación y de la acción exterior de Extremadura en su conjunto.
Ha recordado que la gobernanza multinivel posibilita que las entidades regionales y locales, a las que afecta directamente el 70 por ciento de la legislación europea, participen activamente en la toma de decisiones a escala comunitaria; en este sentido, ha enfatizado la labor y el trabajo del Comité Europeo de las Regiones.
La directora general ha explicado que el futuro de Europa pasa por una aplicación real y efectiva del Plan de Recuperación para Europa, “un plan que entre sus prioridades pone de manifiesto la necesidad de una Europa verde, digital y resiliente”.
Ha añadido que “sos objetivos serán factibles en buena medida a través del papel que las regiones y municipios desempeñemos, por ejemplo, en materia de políticas de sostenibilidad, de renovación de edificios para alcanzar la necesaria eficiencia energética o de una mayor digitalización de nuestras administraciones, empresas y hogares”.
Balas ha definido la política de cohesión como una “política esencial de vertebración territorial”, una “política de futuro”, y una auténtica “brújula estratégica” en términos europeos.
Asimismo, ha afirmado que una Europa que apueste por el Pacto Verde Europeo, las redes transeuropeas o unas políticas adecuadas en materia de empleo, energía, educación, cultura, o turismo pasa por una política de cohesión fuerte y ambiciosa “en la que la cooperación transfronteriza juegue un papel destacado”.
Ha valorado la Conferencia sobre el Futuro de Europa, en la que se enmarca el curso, como “un ejemplo de nuestra responsabilidad como europeos y europeas en calidad de actores destacados del diseño de nuestro propio futuro”.
